ESE GRAN NEGOCIO LLAMADO BENEDICTO XVI
Me temo que si el Cristo al que dice servir Juan Antonio Martínez Camino levantara la cabeza y le oyera decir que los viajes de su máximo representante en esta tierra que habitamos -el Papa Benedicto XVI- son un negocio redondo, lo hubiera puesto de patitas en la calle y lo hubiera mandado al paro. Porque, vamos a ver, las visitas del máximo representante de una iglesia ¿se puede medir en cifras, en euros?. Claro que se puede. No se si se debe, pero se puede. De hecho, parece que la Conferencia Episcopal Española ya lo ha hecho porque si no, el incontinente cerebral de su secretario general no hubiera dicho que la visita del Papa a Santiago de Compostela «va a ser positiva económicamente».Para añadir luego, quizá dándose cuenta de lo que había dicho «y espiritualmente». Y siguió con lindezas como «lo que se gaste es el chocolate del loro comparado con esto» (con las ganancias que va a proporcionar el viaje, claro). («Ja, ja»). Se rió como para congraciarse con los que le escuchaban en rueda de prensa un tanto atónitos. Y siguió: «Y lo mismo en Barcelona… siempre que va el Papa es un NEGOCIO. (recalca la palabra). Es un negocio económico. Y espiritual sobretodo».Juan Antonio Martínez Camino, secretario general de la Conferencia Episcopal Española, en la rueda de prensa diciendo que los viajes del Papa son un negocio. Foto ABC.Los mercaderes del templo de Jerusalén también hacían negocios y mercadeaban con todo lo que podían en el atrio y fué el Cristo y los echó de allí a patadas mientras les ponía los tenderetes por sombrero. ¿Qué no hubiera hecho en estos tiempos viendo cómo se comercia con la religión, con la fé de muchos, cómo se contabilizan en dinerito los movimientos papales, las entradas a las iglesias, las localidades en lugares preferentes para estar más cerca del viajero?. Ahora, más que nunca, diría que su reino no es de este mundo. Y que buena parte de sus autotitulados «representantes en la tierra» deberían ser apartados de él. Traidores.Y siguiendo con los dineritos que muchos piensan que cuestan los viajes papales, Martínez Camino aseguró que la iglesia siempre mira hasta el último euro y dijo que los costes del evento son muy bajos porque cuentan con una caterva de voluntarios que hacen el trabajo gratis. «Nadie va a perder ningún dinero y no se va a hacer ningún derroche». ¿A que no?. Vamos por partes.Ya a mediados de julio de este año, y todavía sin cerrar los acuerdos acerca de detalles puntuales de la visita del Papa a Santiago de Compostela y Barcelona en noviembre, el diario El País se hacía eco de que las previsiones eran las de hacer un gasto elevado por parte del Estado español. La seguridad, los coches, el alojamiento y la manutención de autoridades las pagamos todos. O sea, que salen de las arcas desnutridas del erario público. El Papa viaja al menos con un séquito de 30 personas, y además hay que proveer de coches , alojamientos para descansar a todas las autoridades y personalidades relevantes que asistan necesariamente a las recepciones, actos y recibimiento del pontífice. Y alojar a los policias nacionales, guardias civiles y demás elementos de seguridad que se trasladen con la comitiva, porque dudo que esa labor la puedan hacer voluntarios católicos, jóvenes o no tan jóvenes. No se puede dejar la seguridad del Papa y todo su séquito, mas las personalidades que van a estar en torno a él, en manos del voluntariado ese que abarata los costos. Los voluntarios, a sus crucifijos y a rezar. ¿No?. Es lo que andan haciendo estos últimos dias por diversos sitios de España. ¡Como le gustan a nuestros prebostes eclasiasticos estas demostraciones!Jóvenes paseando una gran cruz, esta vez en la ciudad de Donostia. Foto: Diario Vasco. De momento, la visita a Santiago de Compostela parece que va a costar medio millón de euros por hora. Eso es lo que le cuesta a la Xunta de Galicia. La Televisión autonómica correspondiente, pone (más o menos) la mitad del gasto. Se habla de un dispositivo informativo sin precedentes allí: más de 70 cámaras y unos 600 profesionales. Hay que recurrir a empresas externas, a las que hay que pagar un pastón, claro, porque la TVGA no tiene tantos medios. En la visita del Papa a Valencia para el Encuentro Mundial de la Familia , Canal 9 se gastó once millones de euros que no recuperó ni en parte porque el despliegue televisivo no interesó a otras cadenas. Pero ya sabemos: estas cosas son «el chocolate del loro». Los que sí andan frotándose las manos son los del gremio de la hostelería. Ocho horas en Santiago, dan para muchas comidas, mucho catering, etc. pero los hosteleros gallegos, esos que se frotan las manos con el negocio, se han puesto dignos diciendo que «el Papa es un personaje único y no se puede valorar (la visita) económicamente». ¡Clin, clin, clin! van cayendo los euros en el zurrón mientras tanto. Ocho horas a medio millón de euros por hora, nos cuesta a todos cuatro millones. Me da igual que salga del Estado o de la Xunta. Pero las ganancias de los comerciantes sí son ganancias para algunos: los hosteleros fundamentalmente. Y añaden que les hubiera gustado que Benedicto XVI durmiese en Santiago en vez de irse a hacerlo en el Arzobispado de Barcelona. De todos modos, calculan que la pernoctación media de los que vayan a ver al Papa será de dos noches: se ha colgado el cartel de «Completo» en todas partes, especialmente en todo edificio que de a la Plaza del Obradoiro donde Ratzinger dirá una misa y donde el derecho a ventana cuesta un congo. Si traspolamos a Valencia, parece ser que la visita del Papa costó un total de 60 millones de euros repartidos entre el Estado, la Comunidad Auntónoma y el Ayuntamiento. Pero ni Camps ni nadie han aclarado nunca los gastos. El Papa es un negocio, «lo que se gasta es el chocolate del loro«. ¡Joder con el loro!.El cardenal y arzobispo de Barcelona, Lluis Martínez Sistach, piensa en imágenes contundentes de la visita del Papa a Barcelona.Mientras tanto, en Barcelona, el cardenal Martínez Sistach no habla de cifras y se afana en los preparativos con sumo cuidado. Quiere esa foto del Papa rezando el «Ángelus» delante de la Sagrada Familia, pero también quiere esa otra imagen de Benedicto XVI con los niños con síndrome de Down y otros discapacitados. Esa foto con los discapacitados «llegará y se quedará en el corazón de la gente», dice. Sistach piensa en que la visita llegue a multitudes, que las imágenes sencillas den la vuelta al mundo. Y anda en afanes informáticos, ya que el Arzobispado de la ciudad Condal ha lanzado una página web para animar a los feligreses a que acudan a la cita con el Papa. Parece que al cardenal el «hacer caja» no le preocupa demasiado. De hecho, ha rehuído hablar de cifras. Pero, finalmente, han saltado a los medios: la estancia del Papa en Barcelona costará entre medio millón y seiscientos mil euros. ¿?. ¿Solo?. Comparado con lo de Galicia, esto es una bicoca. Estó sí que es el chocolate del loro. Medio kilo de euros por la visita de un Jefe de Estado que además arrastra multitudes en su calidad de jefe espiritual de una vasta organización religiosa, no parece mucho. ¿Verdad?. Estos catalanes sí que saben ajustar precios, gastos y mirar el euro. Nada de tirar la casa por la ventana. ¿O sí?. Echemos una segunda ojeada.El Papa ante la Sagrada Familia. Montaje fotográfico del cartel publicitando su visita a Barcelona.El pasado día 6 de este mes de octubre, el Arzobispado de Barcelona hizo pública esta cuestión que hasta ahora se había llevado casi como secreto de estado: el coste de la visita papal a Barcelona. Medio millón de euros, a los sumo seiscientos mil por las 24 horas que estará en la ciudad catalana. Y añaden el dato de que la mitad, trescientos mil euros, ya están cubiertos por donaciones hechas por los fieles e instituciones privadas. El truco está en que los gastos «generales» como invitados, alojamientos, séquito, seguridad y prensa, (unos 2.000 periodistas registrados), corren a cargo de la Administración. ¡Ahí está el tema!. la partida mayor, no corre a cargo de la Iglesia, sino del erario público. Siempre igual. Por otra parte, hay que tener en cuenta el coste de las entradas con derecho a silla que se habilitarán en el exterior del templo y las pantallas gigantes que harán que unas 40.000 personas sigan la misa y ceremonia de consagración de la Sagrada Familia . Dentro de la iglesia estarán casi 7.000 personas, entre ellas los reyes. La iglesia catalana quiere «un viaje austero pero digno» y, esta vez sí, se podrá hablar de repercusión «planetaria»: la estancia del Papa en Barcelona se calcula que será seguida por 150 millones de personas en todo el mundo. Porque pobreza hay en el mundo para que éste se hunda, pero televisores también.Así que si todos los gastos de este viaje van a suponer «el chocolate del loro», en palabras de Martínez Camino, ¿qué no ganarán los implicados en esta gran movida?. Y ahí meto a los restaurantes, a los hoteles, a los vendedores de chuches, a los vendedores de reliquias, recuerdos, rosarios, banderines, gorras, camisetas, a los que alquilan medios de imagen, pantallas gigantes, megafonía, a los de la estampita, a las diócesis implicadas… y suma y sigue. Sigue hasta el año que viene, en que Benedicto XVI volverá a España, esta vez a Madrid, para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud. Presupuesto a soltar: 50 millones de euros. Y ahí no entran los dineros que van a poner las Administraciones, ni la seguridad, ni los escenarios, ni las calles, ni los bonos transporte para peregrinos, ni… Menos mal que estamos en crisis, si no no se qué hubiera sido esto.Benedicto XVI recibiendo a una pareja de jóvenes en el encuentro de Sidney en 2008. Foto Reuters.Efectivamente, analizado todo esto, creo que a José Antonio Martínez Camino en vez de afearle su conducta por decir que Benedicto XVI es un negocio, habría que felicitarlo porque, al menos por esta vez, a este representante de la iglesia católica española sólo se le ha escapado la verdad. Una verdad como un templo. Tan grande como el de la propia Sagrada Familia de Barcelona. Los viajes del Papa nos cuestan un congo (incluídos diamantes y coltán), pero son un «N-E-G-O-C-I-O» para unos cuantos. Los de siempre.
El comercio con el miedo siempre ha sido muy rentable y de esto la
iglesia católica sabe mucho…..
No creo que se pueda achacar a la Iglesia Católica que los intereses que la mueven son los puramente económicos. También debo reconocer que quizás las palabras de monseñor Martínez Camino mezclando la espiritualidad y el negocio no fueron muy afortunadas. Lo importante es que en esa venida de Su Santidad a Santiago y después a Barcelona, miles de fieles van a escuchar la palabra de Dios a través de su máximo representante en este mundo. Eso es lo que importa: lo que viene a hacer y lo que vaya a decir. Y formar todos juntos Iglesia.
De la iglesia, lo mejor es huir lo más lejos posible. Al menos espiritualmente, ya que físicamente es imposible porque están en todas partes. No quiero ni pensar en lo que se van convertir esas dos ciudades los dos días que el Papa está en España. Gentío de un lado para otro, cánticos, cirios y la madre que los parió a todos. Y unos cuantos, haciendo el agosto, claro, como pasa siempre. Y la que se lo lleva más crudito es la propia Iglesia española. ¿Cómo puede haber tanto papanatas por el mundo sin ser capaces de ver cómo los manipulan con el cuento de dios, el fuego eterno y la salvación y… es que no los aguanto. Son todo lo contrario de lo que decía Jesús. O que dicen que decía. A saber.
Cami, si en el post anterior te decía que buceabas en terreno pantanoso, hablando de abuelos hijos y nietos, ni te cuento en lo que te has metido esta vez. ¡La Iglesia católica y sus negocios!. Estoy de acuerdo en tus conclusiones de que los viajes del Papa son un gran negocio para unos cuantos, entre ellos la propia Iglesia, y ruinosos para el erario público, porque evidentemente no nos cuesta lo mismo la venida de un jefe de estado de cualquier país, que pagar el inmenso follón que supone una visita papal. Así que, me parece que voy a concluir como tú: Monseñor Martínez Camino, Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, no se equivocó lo mas mínimo al decir que el viaje del Papa es un gran negocio. Simplemente, el «incosciente» le jugó una mala pasada y le hizo decir, por una vez, la verdad.
Tienes razón, tía. Yo ya estoy un poco hasta los pelendengues de las movidas de la iglesia y los curas con los viajes del papa. ¿Y dices que el año que viene vuelve otra vez?. Pues estamos jodidos. Es que cuando viene mucha gente de entre sus seguidores se ponen como locos, empiezan pues eso, sacando cruces por ahí como la de la foto, haciendo ostentación de su religión y queriendo convencer a los demás que lo bueno es lo suyo. Y luego entre esos fanáticos te encuentras a personas tan dudosas en sus actos como algunos políticos del PP que son muy de Iglesia.
El problema de los viajes de los papas no es solo que nos cuesten «un congo» como dices en lo que has escrito. Es el lío que se organiza en torno a su viaje porque no es que viene solo como Jefe de Estado, sino como cabeza de la Iglesia Católica que es la más poderosa de cuantas hay. Y la más rica también. Y si es la más rica, no es por casualidad, sino que esto se corresponde a una política interna continuada a lo largo de siglos de convencimiento de que sin bienes terrenales uno no es nadie. Y las organizaciones, tampoco. ¡Claro que los viajes del Papa son un negocio!. A los jefes de la secta, lo que les importa es lo que sacan a cambio de la ideas que meten. Un intercambio en el que siempre perdemos los mismos, otros viven engañados y la Santa Madre Iglesia se llena los bolsillos.
Yo antes era muy creyente, porque mis padres me educaron dentro del catolicismo. Pero con el paso de la vida y todo lo que una ha visto y sigue viendo, lo cierto es que me he vuelto muy descreída. Al menos, descreida de todo lo que es la parafernalia de la Iglesia católica y sus máximos representantes. Y ahí meto no solo al Papa, sino a cardenales, obispos de diócesis, párrocos y algunos curas y frailes de a pié. No me interesa para nada lo que dicen, sino lo que hacen. Y no me gusta nada lo que hacen. Estos grandes despliegues de las visitas papales que pagamos mayormente los ciudadanos, me parece que no tienen ningún sentido. Y no se qué pinta el gobierno de un país laico poniendo alfombre roja a todas estas movidas católicas. Y poniendo también buena parte de lo que cuestan, claro, mientras que los beneficios los recogen otros. ¿No había crisis?.
Yo soy una de esas personas que están encantadas y agradecidas con las visitas del Papa a España. Soy católica y creo que las enseñanzas que recibí desde pequeña, son perfectamente válidas hoy. A mí, mis creencias en Dios, en sus representantes, en la palabra de Dios, en su Amor, me hacen ser mejor y sentirme bien. Y eso sí que es riqueza. Riqueza espiritual, por supuesto, porque de la otra, ando más bien mal. Por eso siento pena en no popder ir con mi familia ni a Santiago ni a Barcelona, pero gracias a la televisión podré verlo todo. Y si con estas visitas, algunos hosteleros o vendedores de recuerdos se llenan algo los bolsillos, mejor para ellos. Lo que cuesten al gobierno las visitas del Papa no creo que las vayamos a notar individualmente nadie. Y cambio, los creyentes obtenemos mucho. Siempre en el terreno espiritual, claro.
Vamos a ver. ¿No es la iglesia católica una de las sociedades, empresas o asociaciones con más bienes económicos, culturales, terrenales, inmobiliarios, arquitectónicos, etc, etc, de este mundo?. Si, por supuesto. ¿De dónde ha salido todo eso?. De lo que predicó Cristo no, desde luego. Por lo tanto, el mensaje se ha tergiversado (me ha salido bien el «palabro» ¿no?). Lo que hay hoy, lo que vemos y lo que nos predican no tiene nada que ver con lo que tenía que haber sido. Así que, desde el papa hasta el último curilla que no ponga en solfa la postura de la iglesia católica es un farsante de mucho cuidado. Y traidores, como dices en tu post. A ver si vamos teniendo las cosas claras y dejarnos de ñoñeces.
Me da la sensación de que la mayor parte de los que participan en este blog con sus comentarios no son muy partidarios de la Iglesia ni sus dirigentes. No quiero entrar en las declaraciones del Secretario de la Conferencia Episcopal, porque a lo mejor no fueron del todo oportunas, pero en cualquier caso seguro que estaban hechas de buena fé. La visita de Su Santidad nos alegra a muchas personas porque, aunque como humanos nadie somos perfectos, en cuanto representante de Dios en la tierra es un guía espiritual que nos reconforta continuamente. Y contestando a los que dicen que si la Iglesia católica tiene tantas riquezas y tantos bienes, reconozco que es cierto. Siglos de trabajo, esfuerzo y de defensa y patrocinio de la cultura y mecenas de los mejores artistas de muchas épocas, nos llevan a eso. Pero eso es básicamente una riqueza cultural que está al alcance y para el disfrute de todos, seamos o no creyentes. ¿Nadie se ha emocionado, aunque no crea en la Iglesia, viendo el románico del Camino de Santiago, o la Capilla Sixtina?. la Iglesia católica además es una de las religiones más tolerantes. Y si no se lo creen, que miren hacia el Islam, por poner un ejemplo. Y eso es un bien para todos, se crea o no se crea. Así que de una u otra forma, con la existencia de la Iglesia católica, con los viajes del Papa, con las obras que hacen, todos salimos beneficiados. Es mi opinión, claro.
Le agradezco mucho lo que escribe, esté o no de acuerdo con ello. Le agradezco que nos cuente cosas que no nos dicen los demás, que mire desde un ángulo nuevo lo que los otros ven siempre desde el mismo. Y le agradezco también que ponga en solfa las cosas que pasan día a día. Por ejemplo, los negocios en torno a figuras como la del Papa. Yo creo, como concluye usted, que el padre Martínez Camino no se equivocaba cuando decía que los viajes papales son un negocio y que, a la hora de hacer negocios, siempre salen beneficiados los mismos a costa del bolsillo de los de siempre. O sea, el pueblo llano que somos nosotros. Nuevamente ha tocado un tema delicado, porque muchos se sentirán insultados, pero plantear interrogantes sobre «lo intocable» me parece de perlas. Gracias por escribir más a menudo últimamente.
Para mí que la iglesia, cualquier confesión religiosa, para lo único que sirven es para amargar la vida a la gente. El cristianismo, por ejemplo, de donde deriva el catolicismo, se ha pasado la vida atemorizando a sus seguidores. Son un régimen auténticamente terrorista, aunque en estos tiempos se quieran disfrazar de corderos. Y desde luego, una cosa que ha sabido hacer muy bien la iglesia católica es saquear a quien ha podido. Así ha escrito su historia. Violencia, superchería, latrocinio, terror, robo, usura, tortura… esas han sido sus armas para «convencer» a lo largo de la historia. Ahora, la iglesia católica es un imperio que no hay quien lo destruya o reconduzca por cauces decentes. Y eso que no quiero hablar de pederastia, tan practicada y tan poco castigada incluso hoy día por los propios capos de la iglesia.
Creo que los ánimos se están caldeando demasiado ante las declaraciones de Martínez Camino sobre el negocio que son los viajes del Papa y también sobre la próxima visita del Papa a España. Voy a intentar poner un poco de paz, que nunca viene mal. Benedicto XVI es, primero, un Jefe de Estado y, por tanto, cuando viaja a otro Estado, tiene que recibir los honores que se da a cualquiera que venga en visita oficial. Por otro lado, como cabeza de una iglesia con millones de seguidores, es lógico que en sus visitas se organicen mayores movimientos y seguimientos de los adeptos que con un político de primer nivel. Y es lógico que tengan, tanto él como su séquito, toda la cobertura necesaria para su seguridad y bienestar. El resto, para mí son supercherías de buenas gentes que creen en unas cosas sobre las que, personalmente no solo tengo dudas sino que no me ofrecen ninguna seguridad. Y algunos, o muchos, se aprovechan de ello. Incluída la propia iglesia católica. Por eso se le escapó al Secretario Martínez Camino que los viajes del Papa son un negocio. Para la iglesia y para unos cuantos más.
¿Sabes lo que digo?. Que me oigan bien alto y bien claro, que es como lo escribo: con el «chocolate del loro» del cura, el Papa y sus puñeteros viajes que nos cuestan una pasta flora, resolvía yo las necesidades de más de mil familias que se encuentran en la indigencia o al borde ella. ¿Por qué no se fija la iglesia católica en esas cosas?. A ellos les va el oropel, los adeptos y sus aplausos, y el negocio. Debería venir un hombre bueno dispuesto a, como tú dices, ponerles su tenderete de mercaderes por sombrero. ¡Que vergüenza!. ¡Que sinvergüenzas!.
Sigo encontrando sus post y lo que dice de lo más refrescante, comparándolos con los que siempre hablan de lo mismo: ZP, Rajoy, la crisis y demás descalabros. Con respecto al tema que trata esta vez, pienso que la iglesia católica haría muy bien en donar buena parte de sus bienes, hacer un acto de humildad, ser más pobres (o al menos menos ricos) y acercarse más a los que no tienen, a los que sufren, a los necesitados de pan, amor y consuelo. Esa debería ser su finalidad. Cuando veo a este Papa, al que tanto le gusta desempolvar grandes joyas y ropajes ostentosos de las arcas vaticanas, y esa mirada de retorcido, no puedo más que rebelarme y no creer ni una palabra de lo que dice. Con lo cual, haría mejor quedándose en su casa rodeado de todas sus inmensas riquezas.
Ya escribí una vez a propósito de el tema de la pederastia en la iglesia y me mostraba absolutamente firme en que a esos curas o frailes había que castigarlos y apartarlos de la iglesia. Pero con el tema de los viajes del Papa es diferente. ¿A quién hace daño que venga a España?. Creo que es muy fácil porque, al que no le guste, que ni se acerque por allí y ya está. Con respecto a si sus viajes son un negocio ¿que tiene de malo que, al movilizarse tanta gente, algunas personas o negocios se llenen los bolsillos haciendo su trabajo?. Es que no veo razón para tanta discusión. Y que conste que no pienso ni mover un pié para estar donde vaya el Papa.
«Pedid y se os dará. Buscad y hallareis. Hay que orar siempre y no desfallecer».
En mi casa estamos encantados con la visita del Papa. Y vamos a ir a Santiago para celebrar el Año Santo Compostelano y verle. ¿Os parece mal?. ¿A quién hacemos daño con esto?. ¿A la compañía de autobuses que nos va a llevar?. ¿Al hotel donde vamos a pasar dos noches?. ¿Y qué pasa con que los cuerpos de seguridad los pague el estado español?. Igual que cuando viene algún otro personaje importante, solo que Benedicto XVI lo es más. Sus palabras son consuelo y fuerza para seguir haciendo apostolado y ser unos buenos cristianos. Y maravilloso que vuelva el año que viene porque, como joven que soy, estaré en las celebraciones en Madrid. Un poco de sentimientos nobles, por favor.
Bien, en esta ocasión, aprovechando este viaje del Papa, lo que se pone de moda es hablar de negocios y de lo que nos cuesta a los pobres ciudadanos de a pié. Todo aprovechando la indiscreción malamente arreglada del portavoz de la Conferencia Episcopal de España. Es duro y bochornoso que el dinero para sufragar los gastos derivados de la visita, no de un Jefe de Estado como tal, si no de este hombre como jefe de una organización religiosa con miles y miles de seguidores, tenga que salir de las arcas del Estado. Es decir, que las pagamos todos, queramos o no. Y no me parece justo. Es más, me parece indignante. Creo que es la iglesia católica la que debería pagar a ayuntamientos y al estado por los trastornos que causan en aquellos sitios que son visitados por su máximo representante. Así, las molestias que ocasiona a todos con sus movimientos, redundarían en beneficio también de todos. En cualquier caso, prefiero que se hable de esto que de nuevos casos de pederastia, como en los viajes anteriores. Por ejemplo, Reino Unido.
Me toca mucho las narices que en un pais en crisis, se gasten los dineros, pocos que quedan, en cosas como la visita de un tipo que es el cabecilla de unos cuantos miles o cientos de miles, me da igual, de panolis, listillos o incluso gente que le sigue de buena fé. En mi casa yo estoy en paro, mi padre está en paro, mi madre anda la pobre limpiando escaleras y eso que hizo estudios. Entre otros muchos sitios donde hemos pedido ayuda, tanbién está la iglesia católica de las narices y nos largaron con eso de que dios aprieta pero no ahoga. Pues nosotros estamos asfixiados, las arcas del pais parece que también y el papa este luciendo joyones y cargando con sus visitas para satisfacer su ego personal. Estos montajes de esta iglesia no me gustan nada. ¡Abajo con ellos!.