ENCONTRADO EN LA BASURA

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Me gusta ir de mercadillos y revolver en los tenderetes en busca de cosas diferentes. ¿Diferentes a qué?. Nunca lo se, solo estoy segura cuando las encuentro. Antes de caer enferma con una gripe de no te menees que te dan mareos, estuve en una de estas catedrales de lo viejo, lo roto, lo «kitch», lo útil y lo sorprendente. ¡Ah!, y lo «vintage». Me traje unos cuantos «trofeos» entre los que se encuentran varias cartas de alguien enamorad@ -a medias, creo yo-, y la primera de todas la traigo a este rincón porque me parece encantadoramente contradictoria. Como la vida misma.

 

Buscando tesoros por un mercadillo.

 

«Hola, cariño:

Antes de salir, me dí cuenta de que todo había sido un error. ¡Somos tan modernos!. Unas pequeñas vacaciones pero cada uno por su lado. Hay que evitar por todos los medios correr el riesgo de ahogarnos en medio de nuestro amor, de tantos “te quiero” y de rebosar espumas entre polvo y polvo. No, no podíamos correr ese riesgo ¿verdad?. Y es que, como somos muy modernos, está muy bien el descansar de tu pareja durante unos días. Pareja que tampoco es una pareja al uso, porque nunca hemos convivido bajo el mismo techo. ¡Dios nos libre de semejante vulgaridad!.

 

Cada uno por su lado… durante unas cortas vacaciones.

 

Así que aquí estoy, a mil, dos mil, tres mil kilómetros de ti buscando una paz que no encuentro  en nuestra ciudad pero que quizás hubiese tenido contigo en cualquier otra parte. Mi habitación es grande y lujosa, con dos camas juntas. Hubiésemos estado a gusto aquí. ¿Qué coño haces en la dulce Francia?. ¿Meditar en solitario sobre lo raritos que somos?.

 

Meditando sobre un viaje en solitario que no era necesario.

 

¿Por qué te fuiste allí si no era necesario?. Por otra parte  ¿qué pinto yo  en Canarias mientras tú haces nada en otro lado?. ¿Descansar de tu compañía?. Por qué no me habré ido contigo?. O tú conmigo… Y es que a veces ¡somos tan modernos!.

Aquí hace mal tiempo, llueve, hace viento y no creo que sobrepasemos los 18 grados. Así que, entre otras cosas, me divierto viendo a todos los turistas guiris empeñados en lucir sus mejores galas veraniegas. Brazos y piernas al aire, blancos como carne de merluza, desorientados porque no saben cómo llenar su tiempo si el sol se esconde. Les habían dicho que Tenerife tiene seguro de sol. ¡Menudo chasco!.

 

Malos tiempos. A algunos turistas parece que hasta les divierte.

 

Después de deshacer mi equipaje, he bajado a dar una vuelta por los diversos bares del hotel. En uno de ellos, los guiris asistían babeando a un mediocre espectáculo de flamenco. En otro, me ha abordado muy educadamente un inglés. “¿Es posible que haya venido usted amigo, sin compañero… sin marido?.  Sí, era posible. “El amigo pasa estas vacaciones en otro lugar, lejos”. “¿Me aceptaría usted una copa?”. Pero no, hoy no le aceptaría una copa. Hoy estoy triste,  con un ligero cabreo y mucho cansancio. Es mejor, pienso, que me vaya a dormir. Y él se despide con un galante “lo siento. ¡Podía haber sido una agradable velada…!”.

 

Podía haber sido una velada agradable pero no era la persona ni el momento. El lugar, sí era el apropiado.

 

Y he subido a la lujosa, vacía y triste habitación a pensar en mis cosas. Tú, esta noche, eres “mis cosas”. No vuelvas a dejarme ir. No vuelvas a marcharte.

 

Mucha habitación para una sola persona pero…¡tan… tan estupenda!. Por una vez…

 

En la tele están poniendo una muy buena película en circuito privado para el hotel. ¡Que diablos!. Esta noche, la peli es lo que me importa. Ya seguiré pensando en ti en otro momento que esta persona que soy yo, ahora va a estar muy ocupada. Buenas noches,  mi querido Antonio .

Con amor,

Mariano»

 

 

¿No os parece que a veces en los mercadillos, entre basuras,  podemos encontrar cosas cuando menos curiosas, entrar por un momento en la vida de otros, comprar un objeto que fué de otro y tiene una historia, indagar, vestirte con sus ropas, vivir o sentir su vida a través de sus sentimientos o sus cosas?. Tengo todavía más historias.


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7 Respuestas to “ENCONTRADO EN LA BASURA

  • Hola, a mi tambien me encanta dar vueltas por lugares como el rastro, el mercado de las pulgas y tantos sitios de este tipo con tenderetes variados de cosas a veces increíbles que yo creo existen en casi todas las ciudades que he visitado. Pero nunca me he encontrado con un legajo de cartas de amor. Esta historia me ha encantado en el desarrollo y sorprendido en el final. ¡Un like enorme!.

  • CASTAÑO
    7 años hace

    Espero ansioso el siguiente relato. ¡Que bien construyes tus historias, Camino!.

  • Te lo agradezco muchísimo. Es muy gratificante que me leas, que coincidamos en esas búsquedas a veces entre la mugre para encontrar cosas interesantes, y que además te guste lo que escribo. Y no desistas, algún día podrás encontrar otras vidas en un tenderete, si es que te interesa. Un cordial saludo, Alma.

  • Espero ansioso el siguiente relato. ¡Que bien construyes tus historias, Camino!.

  • Bestial, contundente final, a lo mejor algunos se cabrean, pero la historia es muy real. ¡Vaya, me ha salido un ripio!.

    • En realidad, las historias de amor y desencuentros mezcladas son muy de cada día. Y eso no tiene por qué molestar a nadie. Cada uno vive su vida y su amor libremente. O así debería ser, creo yo. Gracias por pasar por aquí una vez más, Tony.

  • Iñaki
    7 años hace

    ¿Encontrado o inventado?. Da igual porque la situación está descrita estupendamente. Y cuenta cosas que, de un modo u otro, hemos vivido con zozobra, cabreo o desinterés ante un momento de evasión más apetecble, todos en nuestras relaciones amorosas. Sean como sean o con quien sean. Es tiempo de definirse en todo y saber dónde estamos. Creo que fue Dante el que dijo que los lugares más calientes del infierno están reservados para aquéllos que, en tiempos de grandes crisis morales, mantienen su neutralidad. ¡Y era el siglo XII.XIV!.