ESE MERCADEO VERGONZOSO ENTRE POLITICASTROS
Creo que cualquiera puede entender la palabra «pacto». Se usa en algunos aspectos de la vida pública, especialmente en política. Se dan premios, por ejemplo, gracias a acuerdos, pactos o por unanimidad. Y con esto me viene a la cabeza el recién concedido premio Príncipe de Asturias de las Artes a aquel hombre que nos hizo desear a toda una generación haber aprendido mejor inglés para entender sus canciones «con mensaje», que era lo que se llevaba entonces. Así que tuvimos que echar mano del diccionario o de algún amigo muy viajado para acercarnos a sus letras, a su poesía. ¡Queda todo aquello tan lejos!. ¡Queda tan lejos Bob Dylan y lo que significó durante algunas décadas!. Nadie va a discutir su valía, pero darle el Príncipe de Asturias, hace plantearse a una ciertas dudas sobre los derroteros que, en estos últimos años, está tomando este galardón al que quieren igualar al Nobel, pero a la española.
En fín…, vamos con lo que empezaba: el mercadeo en lugar de los pactos entre políticos. Hacer pactos, sólo faltaría, es algo muy legítimo. Y, desde mi punto de vista, deja de serlo cuando los políticos se saltan a la torera los votos-decisiones del pueblo y, por conseguir «montarse en el machito», venderían al mismo diablo -si existiera- esa voluntad del pueblo y se ponen en manos de minorías que, en definitiva, van a ser la llave de la política municipal y autonómica de los próximos cuatro años. Me da vergüenza escuchar en las emisoras y leer en los periódicos que hoy por la noche, esta minoría balear ha llegado a un pre-pacto con los socialistas, para gobernar conjuntamente en Baleares. Pero… esperan a la oferta que mañana les hará Jaume Matas, líder del PP en las islas. Porque si Matas les ofrece mejor o mayor tajada, el minipartidillo se irá a bailar con los peperos. Esto ya no son pactos legítimos, sino un asqueroso, vergonzoso y punible, -me gustaría-, mercadeo. Y a nadie le da vergüenza, porque airean a los cuatro vientos este modo de actuar tanto unos como otros. ¿Dónde se han quedado aquellas promesas, hechas por los primeros espadas de este país, de que en cada lugar debería gobernar la lista más votada y punto, porque, aun dándose el caso frecuente de no ser mayoría absoluta, era la voluntad mayoritaria del sufrido votante?. Llegará un momento en que la gente se hartará y votará todavía menos. Total, ¡para lo que sirve!.
En Navarra, la cosa tiene otros matices. El PSN no sabe si unirse a Nafarroa Bai o al PP. Andan mercadeando con los cargos. El PP-UPN haría un pacto con los sociatas, si Miguel Sanz sigue de Presidente. Pero el PSN quiere que sea Puras el que tenga el cargo. Y ahí andan, que si me caso contigo o te pongo los cuernos con ese otro. Como de costumbre, cuando servidora habla de política, se le empiezan a remover los entresijos y se pone al borde del vómito. ¡QUÉ ASCO!. ¡Que asco de tíos, de representantes que, con esta actitud ya no están representando a nadie de los que les votaron… solo a los intereses personales y de su partido!. Para que luego nos vendan la burra en tiempo de elcciones con eso de que la política es una vocación. Vamos, que son hermanitas de la caridad o Francisco de Asís y todo lo hacen por amor. Por amor sí, pero amor a mandar, a parecer importantes, amor a sus bolsillos bien cargados. ¡Bichos, asco!.
Y así, pasito a paso, si se mira lo que está pasando en muchos rincones de España, la situación es francamente asquerosa. ¡Ojalá caiga sobre estos políticos de mierda hasta las cejas y de menos dignidad que el más indigno de los mortales, el peso de la ingenua dignidad de los que un día creyeron en ellos y en lo que parecían representar!. Fuese del signo que fuese.
Camino Ciordia