SOSTENELLA Y NO ENMENDALLA
Horas de tensión para terminar, después de idas y venidas, teléfonos, notas, móviles y conversaciones a dos, tres, cuatro bandas, haciendo lo que ha venido haciendo todo el tiempo: sostenella y no enmendalla. Me refiero a Francisco Camps, claro. Los defensores de que ningún imputado debe figurar en listas electorales ni tener un cargo público si está metido en un proceso, han visto en la postura de Camps de no reconocerse culpable y decidir someterse a juicio como un paso atrás del ya expresidente de la Generalitat Valenciana y un paso adelante de la democracia. Obviamente, que sea juzgado sí es un logro democrático. Pero provocado, reconozcámoslo, por el propio Camps, su testarudez, su faz pétrea o la creencia infinita en su inocencia. Lo cierto es que, por ahora, el caso «Gürtel» se ha llevado por delante el sillón oficial de supuesta decencia y limpieza moral donde ponía el peso de su poder el señor Camps.
«Voluntariamente ofrezco este sacrificio personal para que Mariano Rajoy sea el próximo Presidente del Gobierno». Foto Juan Carlos Cárdenas/EFE
En la mañana de ayer 20 de Julio de 2011, solamente dos personas se habían presentado ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana para evitar un juicio: Víctor Campos, exvicepresidente de la Generalitat Valenciana y Rafael Betoret, exjefe de Gabinete de la Consellería de Turismo. Se declaraban culpables y asumieron la imposición de la multa máxima (no se sabe la cuantía aún) por aceptar un «cohecho pasivo impropio». Vamos, que sí que habían aceptado prebendas. Pero llegó la hora del cierre y aunque se esperaba a Camps y su amigo Ricardo Costa, ninguno de los dos se presentó a declarar su culpabilidad. Estupor en los medios, en los partidos políticos, espera… Por la tarde se solucionaba la incógnita: en un descarado y prepotente discurso, Camps renunciaba a sus cargos como President de la Comunidad Valenciana y Presidente del PP de la región. El gesto de los dos autoinculpados de la mañana, no sirve de nada porque, una vez que alguno de los imputados es enjuiciado, los demás le acompañan por fuerza. Vamos, que han quedado de aquella manera.
Campos y Betoret, autoinculpados. ¿Un gesto inútil al final?. Fotos EFE
«Hemos luchado contra un sistema, un sistema duro y brutal. Un sistema que no ha encontrado en mí ni un euro más, ni un bien más, ni una cuestión material más de las que he declarado constantemente que tengo y que sepan que tengo menos que lo que tenía cuando llegué. Lo han intentado por todas partes, por todos los medios y no han conseguido encontrar nada. Ese sistema brutal está a punto de caer en las elecciones democráticas que próximamente se van a realizar en nuestro país».
Camps en un momento de su renuncia. A un lado todos sus Consejeros. Foto Juan Carlos Cárdenas/EFE
«Un sacrificio personal y un sacrificio político y familiar. Dejo la Presidencia de la Generalitat, la dejo en este mismo instante, inocente, completamente inocente de las barbaridades que durante estos años se han dicho de mí…. Es una decisión personal, es una decisión firme y es una decisión sentida. Una decisión a favor de mi partido, del Partido Popular de España, que milito en él desde hace ya 30 años y que tanta alegría, tanta ilusión y tanta esperanza ha dado a nuestra nación».
Rita Barberá y Federico Trillo asistieron vigilantes al discurso de Camps. Foto Juan Carlos Cárdenas/EFE.
«… el día de mañana muchas personas -no como yo- tendrán que bajar la cabeza por la barbarie que durante estos años han ido cosiendo para intentar tapar la ilusión democrática, legítima y de libertad del pueblo al que represento, que es el pueblo valenciano… mi trabajo ha sido en defensa de un proyecto político, el del Partido Popular, pero fundamentalmente en defensa de una comunidad de verdad, fuerte y grande como es la Comunidad Valenciana. Somos los mejores, eso es lo que quiero decirle a todos los valencianos».
Terminaba su discurso Camps diciendo que el gesto de dimitir también lo hacía por la Comunidad Valenciana.
«Estoy harto, completamente harto de que cuando se hable de la Comunidad Valenciana no se hable de nuestra gente, de nuestra cultura, de nuestras tradiciones, de nuestra industria, de nuestro turismo, de nuestro futuro, de nuestra proyección, de nuestra grandeza».
Así de enfadado se mostró Camps en algún momento del discurso de dimisión. Foto Juan Carlos Cárdenas/EFE
Vale, supongo que le pareció una despedida sentida y efectista. De hecho, Camps siempre ha presumido de su labia hábil y de lo mucho que lo adoran en su Comunidad, de ser imbatido en las urnas durante varias elecciones (cosa cierta) por el mucho amor y fé que le tiene el pueblo. Pero también se ha jactado de que lo de los trajes era mentira, que se los había pagado él. ¿Recuerdan?. Solo que no encontraba las facturas. O a lo mejor es que los había pagado su mujer en cash con el dinero de la caja de la farmacia. Ultimamente, su abogado ya parecía aceptar el que los trajes habían sido regalos pero no como Presidente de la Generalitat Valenciana, sino como Presidente del PP.
Nunca entendí en todo esto una cosa: uno puede y suele incluso perder las facturas. A mí me pasó con una clínica y unos gastos generados durante la estancia. Perdí la factura, pero cuando me la reclamaron los que tenían que reintegrarme el importe y no fuí capaz de encontrarla, llamé a la clínica que me hicieron encantados -una vez consultados sus libros de cuentas- una factura en la que ponía con letras bien grandes «DUPLICADO». ¿Por qué nadie le ha podido hacer a Camps un duplicado de las facturas perdidas?. Ah!, es que al final eran posibles regalos, pero no cohechos. Eso no. Nunca. Los que todavía tienen fé en él, quitan importancia al hecho «total, por tres o cuatro trajes, vaya tontería». Pero a lo mejor la «tontería» es la base de un buen escarmiento. O la puntita de un iceberg de gran calado, enorme profundidad, que -eso sí- no hay dios que lo pueda demostrar de bien urdido que está ni sacar a flote. Solo a lo mejor. O a lo peor.
Camps dice adiós entre aplausos de sus compañeros de partido. Foto Juan Navarro/Público.
Parece ser que desde la dirección central del PP instaron a Camps a que se declarase culpable de cohecho pasivo impropio. Parece que estuvo a punto de hacerlo. Y luego se lo pensó mejor y decidió mantenerse en sus trece. Yo, en eso, le acepto que ha sido tremendamente coherente con su postura de siempre. En este caso, y por el momento, «sostenella y no enmedalla» me parece un acierto personal. Y a continuación me pregunto, a sabiendas de que inexorablemente pasará por un juicio, ¿qué hay detrás de esa seguridad para que Camps esté dispuesto a someterse a un juicio: la certeza de que no hubo cohecho o, simplemente, la seguridad de que, aunque lo hubo, no hay manera de demostrarlo?.
Habrá que esperar a que pase el verano, llegue el otoño y los cuatro implicados (Camps, Costa, Campos y Betoret) se sienten en el banquillo. Aunque, miren por donde, si el jurado es popular, como el pueblo quiera tanto a Camps como él ha dicho siempre, a lo mejor la sale bien la jugada. Pero no, me he pasado, perdón. El pueblo valenciano, es un buen pueblo. Sin duda.
Muy hábil lo tuyo, tía. Con pocas palabras y con la reproducción del discurso del ex, has hecho un retrato genail de la situación. Y yo también me pregunto desde hace dos años o más por qué si se pagaba sus trajes no le hicieron un duplicado de factura. Ja, ja, ja!. Con lo fácil que era.
He seguido, como casi todos los españoles ayer, las andanzas de Camps. Se te ha olvidado comentar una cosa que me parece importante y es que no permitió que ningún medio retransmitiera en directo su discurso de despedida. Cara a vosotros, los medios de comunicación, me parece un gesto déspota y sin sentido. De todas formas, en la actuación de Camps en los últimos tiempos, estoy de acuerdo contigo en que lo mejor que ha hecho y más coherente ha sido lo que dices de «sostenella y no enmendalla». Cami, el otoño está a la vuelta de la esquina y entonces veremos que clase de juicio se le hace.
Estoy con todos los que opinan que, entre las dos posibles salidas que tenía Francisco Camps (autoinculparse o ir a juicio) esta segunda, que es la que ha adoptado es la mejor. Por un lado, como afirma en el post, es coherente con lo que ha mantenido siempre: su inocencia. Y por otro lado, sea o no inocente, nadie imputado, sopechoso hasta que se demuestre lo contrario, debe estar al frente de partidos ni en política. Lo que ha hecho me parece digno y bien: una vez montado el escándalo, que la justicia diga la última palabra.
Sabía que, con la que cayó ayer, no ibas a faltar a esta cita con los que te seguimos. Intermitentemente, porque escribes cuando te apetece, supongo, pero te seguimos. Te veo muy estricta en tus apreciaciones acerca del escándalo de Camps y compañía. Vamos, que no te mojas. Claro que, con la reproducción del discurso (fragmentos) y las fotos que has puesto, está casi todo dicho. Estoy contigo en que, aunque haya sido a las malas, la decisión de Camps ha sido la más coherente, pero también la necesaria.
Por sus obras les conocereis. No se qué pesará más en la balanza de Camps, si el avance que ha tenido esa Comunidad Autónoma en los últimos tiempos o los escándalos de los trajes que, efectivamente, a lo mejor son el chocolate del loro, una minucia al lado de cosas que no se han descubierto ni se descubrirán nunca porque no interesa a ningún político sea del signo que sea. Al menos, a mí siempre me quedará la sospecha de que los trajes, por lo que van a ser juzgados, es una menudencia y nadie destapa otras cosas más graves. Y lo digo por los desmanes que veo en esa comunidad en pueblos y ayuntamientos, concesiones de obras, etc. Ahí está calladto el ¿fraude? del dinero que se pagó en Castellón a Calatrava por algo que nunca hizo. Es un ejemplo.
La situación que llevaba arrastrando Camps desde hace tanto tiempo, era insostenible. Pero pienso que detrás de lo que ha pasado está Rajoy, que le ha empujado -por lo que dicen en algunos medios- a declararse culpable como hicieron los otros dos que ahora han quedado como pardillos. Y Camps ha preferido mantenerse en su postura de siempre. Y ahora me digo yo ¿por qué Rajoy no obligó a Camps a dar este paso antes de las elecciones autonómicas?. Porque con Camps, tenía ganada esa zona que es rica, productiva y boyante. Pero ahora, cara a unas elecciones generales, ya no le interesa tener a Camps ahí con el marrón que arrastra. Así que a cada uno lo suyo. Camps será o no culpable, ya lo veremos, pero detrás de este escándalo último, está «el quítate de ahí que ahora estorbas» de Rajoy. ¡Menudo elemento!.
Yo siempre he creido que Camps decía la verdad. Y el hecho de que haya preferido ir a juicio que declararse culpable a cambio de solo una multa me parece una demostración clarísima de ello. Y desde luego, hasta ahora lo único que está en entredicho es si pagó o le regalaron los trajes, pero siempre partiendo de la base de que, si fueron regalos, no fueron a cambio de beneficios y prebendas para los que hicieron el regalo.
Este señor tiene más delito que muchos que están a buen recaudo. Si hubiese tenido un poco de vergüenza torera, hubiera salido de las listas del PP hace mucho tiempo. Desde que estalló el escándalo hasta que se hubiese aclarado definitivamente. Pero no, él ha estado, como buen demagogo, calentándole los cascos a los paisanos y haciéndoles creer que de él no podía salir nada malo. Finalmente, ha hecho lo que debió hacer hace mucho: dimitir y marcharse a su casa. Y dejar su culpabilidad o inocencia en manos de la justicia. Claro que, por otra parte, vale más tarde que nunca. Eso hay que reconocérselo.
Oye, ¿por qué no hablas también del caso Faisán?. Que en todas partes cuecen habas y los sopechosos de algo pululan en todos los partidos. Y puestos a cometer faltas o delitos, me parece mucho peor compadrear y ayudar a etarras desde el poder, si es que fué así, que aceptar unos trajes de regalo. Y no afirmo nada, solo me hago eco de las noticias que se publican estos días. El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra ¿no era así?.
Sobre el último episodio del culebrón los trajes de Camps lo que a mí me ha inquietado es el papelón de Trillo el siniestro.
Ya no queda nada que decir de Camps y su comportamiento.Sí queda recordar que en un momento jugó un ambiguo papel de hombre fuerte que no quedaba claro si apoyaba a Rajoy o le hacía sombra.
Ahora, Trillo el magnífico judicial ha logrado que todos los sumarios se fuesen retrasando hasta pasadas las elecciones. Una vez conseguido el triunfo electoral también en Valencia, reaparece como por ensalmo la acusación de los trajes y entonces el PP deja caer a Camps como a una piedra en el fondo del pozo.
Camps, era un político de derechas audaz y hábil, que inició su fulgurante carrera en el PP de Aznar. Pero el PP de Rajoy es otra cosa, es como más femenino, más cospedaliano o más esperanciano o mas sorayano o más Por muy femenino que sea Camps, y lo es demasiado, no les llega ni al tobillo.
Su caída le está bien empleada, por pasarse en casi todo. No creo que el nuevo Fabra le vaya a dejar resucitar; ni las chicas tampoco.