¿GRECIA ARRASTRARÁ AL EURO?.
Los «enterados» discuten si la crisis griega arrastrará o no al euro consigo. Si sirve para llevar algo de luz a la cuestión, aquí van dos temas complementarios: la intervención, antigua pero muy vigente de lo que Europa ha hecho con Grecia, denuncia hecha por «Dani el Rojo» y -ahora que ya es un señor mayor y el mayo del 68 quedó atrás- conocido por su nombre real de Daniel Cohn-Bendit en el Parlamento Europeo, y un análisis publicado ayer mismo en The Irish Times de Dublín.
¿Y TODAVÍA SE EXTRAÑAN PORQUE LA GENTE SE INDIGNA?
Crisis de deuda The Irish Times
(Dublín) 14 junio 2011
Caricatura: Chapatte
Por: Dan O’ Brien
Ahora que Standard & Poor’s otorga a la economía griega la menor calificación crediticia del mundo, el editor de economía del diario Irish Times expone que si el largo historial de desorden político y económico del país heleno sirve de guía, los otros 16 países de la eurozona también están en peligro.
Grecia se encuentra al borde del fracaso estatal. Su sociedad carece de cohesión y se encuentra profundamente dividida. Su economía está en estado de shock. Si tomamos la historia del país como guía para el futuro, se avecinan graves problemas.
Hace más de un año, cuando la troika de instituciones (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) que ahora supervisa el rescate de Irlanda llegó por primera vez a Atenas, aún había esperanzas de poder reconducir al país peor gobernado de la Europa desarrollada.
Entonces ocupaba el poder un nuevo Gobierno y sus figuras más destacadas parecían ir en serio con las reformas radicales. Muchos griegos, en especial los jóvenes y las personas más formadas que reconocían el funcionamiento deficiente de su país, apoyaron este cambio. Se hablaba mucho sobre la oportunidad que brindaba la crisis.
Crisis: amenazas y riesgos
Pero ya no se escucha hablar de ello. Las únicas cosas que representa ahora la crisis son amenazas y riesgos. Esto, en muchos sentidos, no es sorprendente. La disfunción crónica del Estado griego viene de lejos. Desde su independencia hace casi dos siglos, Grecia ha vivido una guerra civil, varios levantamientos, el desplazamiento masivo de personas, dictaduras y terrorismo.
No hay mejor reflejo de los defectos de su Estado que la cuestión que ha captado la atención mundial hacia el país en los últimos 18 meses: el caos presupuestario. Según un estudio realizado por los economistas Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff, el Estado griego ha estado en una situación de impago prácticamente cada dos años desde que se fundó en la década de 1820. Ahora que lucha contra la segunda mayor deuda pública del mundo, parece abocado al mismo destino.
Manifestaciones masivas en Grecia en febero de 2011, protestando por la situación económica del país. Foto proporcionada por Lasoziedad.
Historia de una deuda
La incapacidad del Estado griego para mantener su solvencia se explica en parte por su historia. Al haber vivido siglos como provincia sometida al Imperio Otomano, en Grecia no tuvieron lugar los cambios bruscos que se produjeron en la política y la sociedad de Europa Occidental. Consecuencia de ello es una sociedad civil muy débil y una escasa tradición de instituciones independientes. Los que ejercen el poder político en Grecia lo hacen con un grado de absolutismo insólito en la Europa democrática.
El desencadenante en Grecia de la crisis de la deuda soberana en Europa es el ejemplo más claro. En los países en los que se respetan los límites en el ejercicio del poder, los estadísticos realizan los cálculos de forma independiente. En Grecia, en la última década, el Gobierno obligó a la agencia de estadística nacional a publicar cifras falsas y ordenó a personas de confianza que se aseguraran de que así se hacía.
Tras un cambio de Gobierno, se reveló la magnitud del engaño a finales de 2009. Poco a poco, en los primeros meses de 2010, el mercado de bonos empezó a darse cuenta de que el Estado griego estaba sin blanca. Desde entonces, el mundo ha estado viviendo las consecuencias de la crisis de la deuda soberana en la eurozona.
Carencia de solidaridad social
El tamaño de la economía sumergida de Grecia no sólo es reflejo de la debilidad de su Estado para hacer cumplir la ley de manera imparcial, sino también de la carencia de solidaridad social. Un estudio realizado por el economista alemán Friedrich Schneider reveló que la economía sumergida de Grecia en 2010 era un cuarto del tamaño de la economía oficial. De los 21 países desarrollados incluidos en el estudio, Grecia ocupaba el primer puesto.
El gasto en fuerzas militares y de orden público es uno de los mayores de Europa. Aquí, un trabajador enfrentándose a la policía con un arco. Foto proporcionada por Lasoziedad.
La total venalidad en la vida pública es otro motivo por el que el Estado griego se encuentra en quiebra. Según Transparencia Internacional, era el país más corrupto en la Europa desarrollada en 2009 y ocupa el puesto 57 en el Índice de Percepción de la Corrupción de esta organización (Irlanda se encuentra en el puesto 16).
La corrupción es un hábito muy difícil de extinguir una vez que se afianza. Entre otras cosas, divide a la sociedad. Y no es que no existan tensiones y cicatrices en la sociedad griega. Aún en 1974, el país se encontraba bajo la dictadura militar y sufrió todas las injusticias relacionadas con estos regímenes, como detenciones arbitrarias, torturas y ejecuciones sumarias.
El mayor gasto en defensa de la UE
Esto se añade a la guerra civil de la segunda mitad de la década de los cuarenta, en la que fallecieron 50.000 personas. Actualmente, Grecia sigue siendo la sociedad más militarizada de Europa, pues registra sistemáticamente el mayor gasto en defensa del continente. La violencia callejera es habitual y no ha desaparecido un turbio mundo de células terroristas, aunque en los últimos años no han estado muy activas. Si la economía sigue deteriorándose, existe el riesgo de que algunos de los radicales y desesperados encuentren respuestas en el extremismo violento.
Hay muchas posibilidades de que las cosas empeoren. Las presiones sociales y la corrupción desenfrenada por sí solas, si bien no producen debilidad económica (véase el ejemplo de China e India) sin duda no ayudan. Lamentablemente, en el caso de Grecia, aunque ambos problemas desaparecieran mañana, hay pocos motivos para creer que se detendría su putrefacción económica.
Un país que no funciona
Las exportaciones de Grecia son tan minúsculas que es la economía más cerrada entre los 27 países que forman la UE. Una economía pequeña de algo más de 10 millones de personas nunca podrá enriquecerse sin exportar.Ninguna economía puede enriquecerse sin innovación. Entre los mejores indicadores de la capacidad innovadora de un país se encuentra la cantidad invertida en investigación y desarrollo. En Grecia, las empresas y el Estado invierten anualmente un 0,5 por ciento del PIB en investigación, es decir, menos de un tercio de la media en la UE. Entre los 15 miembros más antiguos de la UE, siempre ha registrado el menor gasto en investigación.
Hay pocos motivos para mostrarse optimistas con respecto a Grecia. Su economía, su política y su sociedad no funcionan. Esto no sólo es nefasto para los griegos, sino que también lo es para las personas de los otros 16 países de la eurozona. Si el país estalla, se llevará también por delante a la moneda única.
Reestructuración o amenaza de suicidio
El debate causa furor en la plaza de la Constitución, donde desde hace semanas millares de «indignados» de Atenas se reúnen por la noche para manifestar su ira ante la situación económica y social del país.
Masiva manifestación el pasado mayo ante el Parlamento griego. Miles de «Aganaktismeni» (Indignados) siguieron la ola iniciada en España y se solidarizaron con una situación que ya no tiene fronteras. Y las protestas, tampoco..
Entre ellos se encuentra Yannis Varoufakis, profesor de economía en la Universidad de Atenas, que, según informa en To Vima Pantelis Kapsis, uno de los editorialistas más influyentes del país, ha enviado una carta al primer ministro Yorgos Papandreu. El profesor invita a Papandreu a que baje a la plaza para
«anunciar a los manifestantes que ha llegado la hora de levantar la cabeza y enfrentarse a la realidad: no recibiremos ni un céntimo más de Europa si no aplicamos las medidas que impone».
Pero, en opinión de Kapsis, aunque el primer ministro lograra convencer a sus conciudadanos de la pertinencia de las medidas de austeridad y las privatizaciones masivas requeridas,
«de todos modos, el país quebrará, porque será imposible obtener un nuevo préstamo y pagar nuestra deuda».
«El profesor Varoufakis no está loco», prosigue el editorialista. «Sabe también que Europa no desea la quiebra griega, de ahí la necesidad de reabrir el debate sobre los eurobonos [títulos de deuda europeos]. Pero sabemos que algunos quieren apartar a Grecia del euro. La reestructuración tan sólo es un alivio momentáneo. Es como amenazar con suicidarnos queda por saber si sucederá».
La quiebra griega en primer lugar supongo que no la desean los propios griegos. De ahí el recrudecimiento de las manifestaciones y revueltas de estos últimos días. Que parece usted adivina, porque nada más sacar este post, ha empezado a armarse la marimorena de nuevo en Grecia. Por otro lado, la bruja Merkel y su lametraseros, «Sarko» tampoco quieren que se vaya al carajo todo porque ¿quién les va a pagar el dinero prestado a esos ilegítimos y vergonzosos intereses que denuncia Cohn Bendit?. Esto es una guerra de intereses en la que el pueblo griego hace lo único que puede hacer: protestar hasta la barbarie para sacudirse las barbaridades que han hecho esos otros griegos que siguen con los bolsillos y las cuentas bancarias bien repletas. En Suiza o Alemania, probablemente.
En Grecia lo que ha venido pasando en años anteriores a la hecatombe económica del año pasado, es que los gobiernos maquillaban los resultados económicos y se han dado siempre datos falsificados. Y ninguno de los que estaban en el ajo dijeron ni mú. No hubo un gobernante, un político, un banquero decentes que contasen lo que estaba pasando. Y luego vino lo que vino, la bancarrota, el préstamo «generoso» de los mandamás de la UE (léase Francia y Alemania especialmnte) y cuando el pueblo griego tomó conciencia de lo que estaba pasando, se echó a la calle. Y ahora, un nuevo préstamo «generoso» para que se pueda pagar la deuda anterior. Y luego… ¿qué?. El pueblo griego tenía que acabar con su gobernantes, banqueros y demás género europeísta echándolos fuera, al mar. Y que los recoja y les cobre, a ellos, la Merkel. Digo yo.
¡Menudo desaguisado has traído a tu blog con este post, Camino!. Si me dejo llevar por el desánimo diría que Grecia es un país en estos momentos con una difícil redención. La solución está en inyectar dinero para que no arrastre al euro tras de sí. Pero, retomando las denuncias de Daniel Cohn-Bendit hechas el año pasado en el Parlamento Europeo a proósito de las condiciones en que se hacían a Grecia esos préstamos, éstos solo sirven para generar más deuda. Y el pueblo griego está que no puede más. No me extraña que salgan con garrotes, fuegos o lo que tengan a mano a la calle. No soy en absoluto partidario de la violencia, pero dejo una pregunta en el aire: ¿los engaños que han hecho los gobiernos, las estafas, las deudas contraidas por malos y «listos» gestores, deben recaer solamente sobre las condiciones de vida (mala vida) del pueblo y solo del pueblo llano?. ¿Por qué no tiene el pueblo derecho a decedir NO?. Es en lo que andan estos días con las revueltas.
Es repulsivo comprobar cómo los errores y las mentiras de unos pocos, como es el caso de Grecia, los acaba pagando el total de la población de un país. Es lo que tiene indignados a los griegos, es lo que les hace levantarse en palos (a falta de armas, supongo) contra sus mandatarios, sus banqueros y demás causantes de la ruina del país y de los propios griegos. Me parece muy bien que el pueblo no quiera hacerse cargo de las deudas que ellos no han generado, igual que hicieron los islandeses e igual que se intenta hacer en España. Claro que a lo mejor allí no tienen tanto «enemigo» como en nuestro país, en que todos los medios están intentando convencernos de que lo del 15M ha sido una rabieta sin fines concretos y con malos medios. Y si Grecia arrastra al euro, pues peor para los que lo manejan que no somos ni el pueblo español, ni el islandés ni el griego.
En el post, reproduciión de un artículo, se dice que: «El tamaño de la economía sumergida de Grecia no sólo es reflejo de la debilidad de su Estado para hacer cumplir la ley de manera imparcial, sino también de la carencia de solidaridad social».
Yo creo que la solidaridad social ha quedado bien patente en las revueltas de febrero y en las que, quizás al amparo de los «Indignados» griegos (que allí también han florecido a raiz del movimiento español), en las que, repito, se están produciendo estos días. La sociedad está harta y los individuos son solidarios unos con otros, sino no se juntarían para protestar y pelear contra las imposiciones económicas que les quieren aplicar desde Europa. Y son solidaros entre sí, entre otras cosas porque su gobierno es débil no para hacer cumplir la la ley, sino para no permitir que al pueblo se le mangonee desde la U.E.